Promether y no cumplir

Posted on 26 junio, 2012

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Hablemos de expectativas. Y de prioridades.

Yo tenía dos prioridades absolutas para mi visita a Copenhague. Una era cenar en Noma. La otra, ver ‘Prometheus’. Visitar uno de los templos (si no El Templo) de la gastronomía mundial y ver la nueva película de Ridley Scott. Las dos cosas igual de importantes. Para hacer la primera, obviamente, hay que desplazarse hasta Dinamarca. La segunda puede hacerse en España, pero hay que esperar hasta agosto y yo no estaba dispuesto. Afortunadamente, para ver ‘Prometheus’ no he tenido ni que reservar mesa (para uno, por cierto) con meses de antelación ni pagar los abultados precios (aunque no tanto, pongamos las cosas en perspectiva) de la cocina de René Ledzepi.

Y es que hablar de expectativas es, en muchas ocasiones, hablar de decepciones. ‘Prometheus’ es un ejemplo perfecto de esto.

Ridley Scott. Precuela “conceptual más que real” de ‘Alien’. Michael Fassbender. Noomi Rapace. La Theron. 3D. Idris Elba. Sobre el papel, todo tan apetecible como sospechoso. Pero nos fiamos, porque algunos a veces creemos antes de ver. Tenemos fe. En Ridley, en ‘Alien’ y en El Cine.

Y resulta que no.

Prometheus’ es mediocre. Sería mejor si no la firmase el director de ‘Alien’, si no fuese una precuela de ‘Alien’ y si no estuviésemos pensando en ‘Alien’ durante todo el metraje. Porque aunque quieras no hacerlo, no puedes: TODO en ‘Prometheus’ está conectado con esa obra maestra que en 1979 sentó cátedra y en muchos aspectos sigue sin ser superada. TODO es explicación, y si no, homenaje, o guiño, o autorreferencia con doble mortal y tirabuzón. ‘Prometheus’ juega a explicar (o medio explicar, haciendo “retroceder” la explicación real a otra precuela, pre-precuela, post-precuela o lo que sea) prácticamente cualquier elemento misterioso o sugerente de ‘Alien’. Escenarios, objetos, causas y efectos. Misterios mal resueltos que hacen que la película carezca precisamente de eso, de misterio, de insinuación, y de ese miedo a lo desconocido, a lo abismal, que todos sentimos cuando vimos por primera vez a John Hurt romper la barrera luminosa que protegía los huevos alienígenas.

Frente a la suciedad de ‘Alien’, la limpieza (a veces casi asepsia) de Prometheus. Frente a los eficientísimos decorados, maquetones y látex del original, la fría perfección de los escenarios y personajes infográficos. Frente a la emoción y el miedo a lo incompleto, a la no-respuesta, a la pregunta permanente (¿qué es el alien? ¿qué quiere? ¿cómo vencerlo?), la obsesión enfermiza por aportar respuestas, pistas o piezas que completen un puzzle que igual no hacía falta resolver. Me pregunto dónde está la parte “conceptual” de ‘Prometheus’, una película que es puro sentido práctico del espectáculo.

‘Alien’, y en cierto modo también sus secuelas, siempre jugaron con fuego, siempre quisieron dar “algo más” a un espectador al que consideraban, aparte de fan, inteligente y exigente. ‘Prometheus’, en un giro comercial muy difícil (pero muy comprensible), intenta conservar a ese espectador y, al tiempo, acercarse a los consumidores de este nuevo cine (o “no-cine”, como lo llamo yo) hiperespectacular e hipervacío. Es cierto que no es una película completamente vacua, pero vamos a ver, que es de Ridley Scott, que es ‘Alien’… No insultemos, por favor.

Escrita por Damon Lindelof, uno de los mayores vendedores de motos fílmicas y televisivas de los últimos años, ‘Prometheus’ sería una película decente si todo lo que me llevó a verla no existiese. Si no tuviese nada que ver ni con ‘Alien’, ni con el señor Scott, tendría no sólo un pase, sino posiblemente varios. Pero con esos precedentes, no. Y con mis expectativas, menos. Yo no quería teorías gratuitas, ni preguntas facilonas, ni filosofía de garrafón. Tampoco un reparto tan descompensado, unos fallos de guión y ritmo tan imperdonables (hay un par de momentos en los que el guión patina estrepitosamente) y una carencia de personalidad tan terrible. Yo quería otra ‘Alien’, sí. Así que supongo que el problema es mío. Y de mis expectativas. Y de que la cena en Noma sí las cumpliese, pero esa es otra historia.

(A ver si me pongo y escribo un post sobre ‘Alien’ y sus secuelas, que más que secuelas son interesantes relecturas de la misma mitología, unas mejores que otras pero todas interesantes. Y como conjunto, muchisimo más.)

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