Defendiendo a Telecinco

Posted on 9 mayo, 2012

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Los comentarios, chistes, posts, noticias, reportajes y posiblemente libros que han hecho de la ecuación Telecinco=basura su lema empiezan a cansarme.

Telecinco no es basura. No por definición. Representa sólo uno de los muchos estilos de televisión que existen. Nada más. Arremeter contra lo que es y lo que hace (que, por cierto, y antes que nada, a mí me espanta) desde una posición de superioridad moral es repugante. Y ridículo. Y absurdo. Como esas campañas contra la comida basura que argumentan que algo tan calórico e insano debería ser prohibido o, al menos, controlado. Como las voces que se alzan contra la existencia de pornografía en internet.

La coartada infantil no me vale. Ese “esto no deben verlo los niños” es tan defendible como el “esto no deben comerlo los niños” aplicado a las hamburguesas XXL de Mcdonald’s. Defendible y aplicable, así que aplícalo. Si no quieres que lo vean los niños, TUS niños, no lo sintonices, si no quieres que tus niños lo coman, no lo compres. Y si los niños lo hacen por su cuenta, igual es que ya no son tan niños. O que tú estás delegando tus responsabilidades como padre en unos terceros que no tienen por qué cubrirte las espaldas.

Telecinco tendrá poca calidad, vivirá de programas primarios, incluso soeces, explotará lo más bajo del ser humano y todo lo que tú quieras, pero mientras no cometa delitos, tiene derecho a existir y a hacerlo como le dé la real gana. Y por delitos me refiero a delitos considerados como tales no a cosas-que-deberían-ser-delito, esa peligrosa idea tan al borde de la justicia popular y la masa enfurecida, conceptos que precisamente los que detestan Telecinco deberían detestar también. Seamos coherentes, por favor.

Si no quieres verla, no la veas. Yo no la veo. Pero no le digas a otros la televisión que tienen que ver ni mucho menos la que tienen que hacer. La televisión no tiene por qué ser ni educativa, ni cultural, ni bonita. Además, quien quiera una televisión así, lo tiene muy fácil para encontrarla, porque la hay. Si alguien quiere ver Telecinco, defenderla o financiarla, es su problema. Y posiblemente también su placer. El tuyo igual es comer Big Macs. Y tienes todo el derecho.

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