
Lo he leído dos veces. Lo he recomendado y lo he regalado. A amigos y a desconocidos, a personas que corren y a gente que no se ha calzado unas zapatillas de deporte en su vida. Unos cuantos de los que no corrían han empezado a hacerlo después de leerlo. La mayoría de los que sí, se han planteado avanzar en su afición. ‘De qué hablo cuando hablo de correr’ no deja indiferente a casi nadie. A mí tampoco, y eso que (¡atención: herejía!) no soy fan de Haruki Murakami. Creo recordar que en cuanto lo terminé, me calcé las Asics y me eché a la calle. A correr, claro.
Correr es un deporte barato (siempre que no te aficiones a la ropa de deporte de precios pornográficos de Undercover + Nike, que me tiene obsesionadísimo), calóricamente efectivo y ajustable a las necesidades de cualquiera. Uno puede salir a echar unos trotes con el pantalón de felpa gris y una sudadera vieja o plantearse una maratón dentro de seis meses, y empezar hoy mismo a hacer cálculos de series, de pérdida de peso y de rodajes rápidos y lentos. Tú decides como quieres correr, si acompañado, en uno de esos grupos de corredores como el mío de Madrid (cómo os echo de menos, chicos) o solo, que es como a mí más me gusta. Solo y de noche. Y a ser posible, con frío. Protegido bajo capas de tejidos ultratecnológicos, negro y fluo, camuflado, escuchando música (si es que a las mierdas machaconas que yo escucho se les puede llamar así) a través de unos auriculares aerodinámicos, en una ciudad conocida o, mucho mejor, en una desconocida, o casi, algo que yo sólo he hecho dos o tres veces y que me ha aportado una sensación increíble, la de estar completamente solo, la de ser absolutamente independiente, la de que podría seguir corriendo hacia adelante, siempre adelante, y terminar quién sabe dónde, a quién le importa. De eso hablo cuando hablo de correr.
1cualquiera
28 diciembre, 2011
Gran libro y gran post
Empecé a tomármelo en serio hace poco más de dos años, y,1hija, 4 pars de zapatillas después, 2 maratones, 6 medias y unas cuantas 10k, sólo puedo decir que el chute de endorfinas que recibo después de una buena tirada es incomparable.
Me gustan las tiradas largas de fin de semana, saliendo de noche y viendo amanecer en el mar.
Y es muy barato, puedes vestir de Kalenji y dar el,pego (excepto zapatillas, los pies son sagrados), y es más, es recomendable empezar así por si a uno no le gusta y lo avaba dejando 🙂
Sólo espero que mis rodillas me permitan seguir muchos años
mcarty
28 diciembre, 2011
Sensación idéntica experimento yo pero en bici. Salir a las 11 de la noche haciendo un frio que pela pero bien abrigado (gore-tex windstopper is your friend) y perderte por zonas desconocidos es algo indescriptible. A quien no lo haya probado se lo aconsejo; pero cuidadin porque es adictivo 😉
mcarty
28 diciembre, 2011
Por cierto el primer link lleva a la pg. de nikerunning en vez de al libro, imagino que será este: http://www.elplacerdelalectura.com/2010/04/de-que-hablo-cuando-hablo-de-correr.html
No lo conocía pero habrá que echarle un vistazo.
PS.Soy un desconocido; me lo regalas? :p
Francisco
29 diciembre, 2011
uuhh, ¿alguien hace HIIT? correr como si te persiguiesen 50 zombis también da subidón
Lula P.
29 diciembre, 2011
Ay, nen, sí!!! aún no he leído ese libro, pero lo haré cualquier día de estos. Correr mola mucho pero no se puede dejar, lo dejas y estás acabado poruqe luego volver es dificilísimo!!! pero cuando se está en ello es geñal. Undercover+Nike REmola, pero yo soy una NBGirl. New Balance total look, de hecho. Lo mejor de correr: cuando ya has superado ese momento de cansancio y tu cuerpo se mueve solo. Yo también corro de noche y no soporto hacerlo en paseos marítimos en plan carreras de obstáculos.
dipordior
2 enero, 2012
Yo he empezado a correr hace poco. Y sí engancha. Y no me reconozco a mi misma. Lo malo es que me acostumbré a correr en una pista forestal que va paralela a un riachuelo a la que no puedo ir de noche y ahora en invierno siempre es de noche
energumenosnob
3 enero, 2012
Puede que correr sea una de las cosas más adictivas que conozco. Hasta extremos peligrosos: mirad los cuarentones y cincuentones que se obsesionan hasta el ridículo con los entrenamientos diarios y las carreras populares. Pero es que es un ejercicio tan agradecido, se progresa tan rápido, se generan endorfinas de tanta calidad…. También es cierto que cuando lo dejas cuesta muchísimo volver a cogerlo. En ese caso, el libro de Murakami sí que es una inmejorable ayuda.